¿Quién ganará las elecciones en EEUU? Esta es la pregunta que tiene en vilo a todo el mundo, con Hillary Clinton y Donald Trump en liza por ser el sucesor de Barack Obama como presidente de Estados Unidos. La candidata demócrata es la favorita para llegar a la Casa Blanca según las encuestas, pero nadie se atreve aún a descartar la posibilidad de un sorprendente triunfo de su rival republicano (sigue en este enlace las elecciones de EEUU en directo).

La cita con las urnas llega tras la campaña más desagradable, sucia y divisiva de la historia moderna de Estados Unidos, con loscandidatos más impopulares desde que los sondeos empezaron a ocuparse del asunto en la década de los años 40 del siglo XX. Las emociones han prevalecido sobre el discurso racional, lo que ha propiciado que los grandes asuntos políticos solo fueran objeto de un debate superficial.

EL CONTINUISMO DE CLINTON ANTE EL CAMBIO DE TRUMP

Si gana Hillary Clinton, su llegada a la presidencia de la superpotencia representará un hecho histórico tras los intentos frustrados de más de 200 mujeres para romper el techo de cristal de la democracia estadounidense. La exsecretaria de Estado ofrece continuidad a las políticas de Obama con un reformismo sin sobresaltos.

Donald Trump, por contra, es el candidato del cambio, producto de una sociedad obsesionada por el dinero y la fama. Su victoria supondría un terremoto en Washington con réplicas difíciles de calibrar pero que se manifestarían en todo el mundo.

EL SUEÑO AMERICANO SE TAMBALEA

Estas elecciones presidenciales, en todo caso, han activado una llamada de atención sobre la urgencia de reformas profundas si el sistema quiere sobrevivir. Millones de personas se sienten excluidas y están dispuestas a reventar la fiesta si no ven soluciones a sus acuciantes problemas.

EEUU es el país más rico del mundo, pero también el cuarto con mayor desigualdad, solo por detrás de Chile, México y Turquía. La universidad se ha convertido en un lujo prohibitivo mientras millones de estadounidenses necesitan dos o tres trabajos para sobrevivir. El sueño americano se tambalea y está por ver si el nuevo inquilino de la Casa Blanca será capaz de apuntalarlo.