El Fadrí lució ayer su mejor cara para dar la bienvenida a las fiestas de la Magdalena con una Enfarolà renovada. El campanario se puso guapo, con sus mejores galas de luz, color, fuego y música; e invitó a cientos de personas congregadas en la plaza Mayor a participar del espectáculo, por primera vez, con horario fijo.

La pirotecnia de Reyes Martí desplegó su veteranía y su juego de luces y sonido para iluminar el cielo de Castellón, ávido de fiesta, en la ‘vespra’ de la solemne Romeria. Tras la carta de presentación de la pólvora, el equipo de los Bomberos Municipales de Castellón mostró su destreza para enarbolar la bandera de la ciudad, en el año en que estos profesionales cumplen su décimo aniversario colaborando con la Junta de Festes.

Según explicaron los propios bomberos, empleando “técnicas de rescate con cuerdas aplicadas al sistema urbano y contrapesos”, escalaron el Fadrí para colocar la bandera de 12 metros de largo por cuatro de ancho, con el cartel de fiestas, pese al viento, que dificultó la bajada. Y sonó la ‘Marxa de la Ciutat’, a cargo de la Colla de Dolçainers.

Un espectacular descenso en tirolina llevó la llama hasta el Mercat Central. Allí, la reina, Carolina Tárrega, le hizo entrega a la viuda del fallecido vicepresidente de la Federació de Colles, José Joaquín Malave, de una placa homenaje. Así, se prendió la mecha de las antorchas de los ‘correfocs’, tres, a cargo de los Dimonis de la Plana, Botafocs del Grao y Diables de Castelló. H