La polémica y el enfrentamiento político llegaron a la Romeria de la Magdalena, encabezada por el presidente del Consell, Ximo Puig, que calificó a Castellón de “fundamental para la Comunitat Valenciana”. La decisión del equipo municipal de gobierno de no entrar en la concatedral de Santa María en aras a la constitucional laicidad del Estado, decisión respaldada por el obispado, provocó las críticas del PP por “deslealtad”, a lo que el equipo de gobierno contestó acusando a los populares de alimentar “falsas polémicas”.

La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón, Begoña Carrasco, aseguró que “el equipo de gobierno ha actuado con deslealtad al cambiar de manera unilateral y sin avisar el desarrollo tradicional del inicio de la Romeria, con el único objetivo de eludir los actos religiosos”. Mientras, la presidenta del partido en la Comunitat, Isabel Bonig, defendió que “no es día de polémicas”, aunque lamentó que “Ayuntamiento y Consell cambien la tradición para evitar la religión en la Romeria”.

Tras conocer estas declaraciones, desde el equipo de gobierno acusaron al PP de “mentir”, lo que demuestra “una vez más, que este partido no respeta ni las tradiciones ni a los vecinos de Castellón”. Fuentes municipales detallaron que el único cambio en la Romeria es que su salida se realizó desde el ayuntamiento en vez de desde la concatedral, decisión “que ya se le trasladó al obispo en una reunión que se celebró en un clima de enorme cordialidad”. H