Es inconcebible que una persona siga jugando con todos los españoles, solamente pensando en su interés personal y colocando su ego en el centro del tablero político de España. No puede ser que aquel que era su socio preferente hasta hace cuatro días haya pasado a convertirse en alguien de quien desconfiar. Es incomprensible ver cómo pacta con Podemos para conseguir gobiernos autonómicos, diputaciones y ayuntamientos, pero para el Gobierno central es el zorro que guarda el gallinero.

Ahora al candidato Pedro Sánchez le ha dado por mantener una ronda de consultas sectoriales, llanamente, para demostrar que por él no ha sido y lo ha intentado todo con el fin de evitar la repetición de las elecciones en noviembre. Pero en su oscura y enrevesada mente sólo cuenta con un escenario, devorar a su «socio preferente» o, según el día, «el digno de desconfianza» para sacar rédito político y aumentar el número de escaños socialistas en el Congreso.

Una persona capaz de pactar con los que nunca han condenado los asesinatos terroristas de ETA. Un candidato que llegó a la Moncloa tras la moción de censura y el partido que lidera al gobierno de Navarra de la mano de aquellos que todavía siguen homenajeando a los etarras cuando regresan a sus hogares. Un persona, en definitiva, sin escrúpulos dispuesta a entregar una nación de más de cinco centurias de vida que pretende gobernar a todos aquellos que quieren destruirla: populistas, independentistas o pro-etarras.

Por fortuna España es mucho más que Sánchez y en estos más de quinientos años de historia ha superado avatares diversos y enemigos que desde dentro han pretendido acabar con ella y con todo lo que representa. Por ello, 180 millones de euros, coste de la repetición electoral, no serán impedimento para que el doctor Sánchez, y ante una nueva crisis económica que los españoles ya conocemos sus efectos, menee las fichas del tablero únicamente mirando su ombligo e ignorando los verdaderos problemas de los españoles.

España tiene un gran problema que se llama Pedro Sánchez. Busquemos entre todos un buen antídoto.

*Diputado nacional PPCS