Querido/a lector/a, estos días he participado en una pequeña, amigable e interesante jornada político-cultural que con la presencia y opinión de todas las fuerzas políticas que pululan por estos lares , tenían como objetivo hablar, opinar, reflexionar, pensar en voz alta…y de forma colectiva, sobre la política de izquierdas y el futuro.

Por cierto, si he utilizado la palabra interesante es porque me parece cosa adecuada conocer la posición de cada una en un marco lejano a la tensión y recelo que conllevan las campañas electorales. Además, considere como algo necesario llamar a repetir este tipo de jornadas porque ayudan a mantener una seguida de reconocimiento del otro, de dialogo y hasta de colaboración. Incluso diría, sin muchas pretensiones y desde la humildad, que permiten que la vitalidad de cada fuerza y posición política mejore al sufrir la confrontación de las otras. Así es que, repito, fue interesante y necesaria.

Pero lo que considero esencial, y solo por eso valen la pena estas reuniones, es que más allá de conocer un listado de temas de futuro que están en boca de todos los sabios de lo político y social (desarrollo sostenible y medio ambiente, democracia participativa, la repartición del trabajo, etc ), permiten ayudar a construir la imprescindible unidad de acción de la izquierda. La que puede facilitar que la izquierda tenga mayoría, forme gobierno y sea socialmente útil. La que reclama, para que se dé, que las nuevas izquierdas entiendan que la política no es un listado de sueños sino algo que se desarrolla en un contexto con unos limites que, a veces, recortan aspiraciones. La que exige de la socialdemocracia, como algo imprescindible, que abandone su indefinición y que tenga un proyecto propio y diferenciado de la derecha.

Querido/a lector/a, en cualquier caso, la palabra y el dialogo son las armas o el camino de una política de esperanza.

*Analista político