¿Recuerdan la imagen del alcalde de Vila-real emulando al rey de los Siete Reinos de la serie Juego de tronos? La instantánea se produjo el pasado febrero, en el marco de nuestra Feria Medieval, y desde entonces a muchos vecinos, entre los que lo reconozco, me encuentro, no se nos ha podido borrar la imagen de la retina.

Sin duda, aquella puesta en escena es viva muestra de lo que unos meses más tarde iba a acontecer en Vila-real. La metáfora de una alcalde, que con egos de rey, ha jugado con los ahorros de todos los vecinos de la ciudad para rodearse de oropeles, lujos y servicios a costa del esfuerzo ciudadano.

El alcalde que durante años ocultó que su gasto iba a derivar en un Plan Económico Financiero. El que va a provocar recortes y subidas de impuestos que pagaremos los vecinos para que el alcalde tenga su despacho en el Gran Casino. Un edificio que simboliza para el Benlloch su Fortaleza Roja, la que desea aunque para ello diezme a Vila-real con una subida de un 10% del Impuesto de Bienes Inmuebles y estudie la implantación de una nueva tasa, la de basuras, que nuestra ciudad ya paga a través del IBI.

La ambición y desmesura de los caprichos de un alcalde, José Benlloch, cuyos delirios de grandeza imperan frente a las prioridades sociales que demanda la ciudadanía. A las que la máxima autoridad de Vila-real ha recortado 300.000 euros, mientras mantiene una reserva de 2 millones para la compra del Gran Casino.

Recortes a las políticas de empleo, las que deberían dar solución a los 4.508 vecinos que el pasado mes de junio hacían cola a las puertas del Servef para reclamar un trabajo digno. El que les permita llegar a fin de mes y poder hacer frente a la batería de impuestos, tasas y precios públicos a los que les somete Benlloch.

La misma sorprendente decisión que ha llevado a Benlloch a alquilar un gimnasio privado de Vila-real mientras en el Servei Municipal d’Esports aplica una política de recortes que están sufriendo los usuarios de las instalaciones.

Y ante esta batería de despropósitos, los vecinos de Vila-real, los miembros del grupo municipal del PP, pedimos cordura. Sentido común para frenar un reguero de gastos que provocan recortes, carencias en los servicios, ataques a las economías de las familias. Las mismas que esperaban que superada la peor etapa de la crisis económica, el consistorio devolviera ahorros a los vecinos en forma de rebajas fiscales. Los mismos que, lamentablemente, Benlloch ya tiene previstos invertir en lujos innecesarios alejados de las necesidades de los vecinos de Vila-real. Aquellos a los que el alcalde ignora desde su Trono de Hierro. H

*Portavoz del PP en Vila-real