Casi la mitad de las personas con derecho a voto no lo ejercen. Este derecho de suma importancia, muchos no se la dan. Es un derecho que costó mucho conseguir para todas las personas por igual, pero sobre todo para las mujeres.

El voto, si hablamos de sufragio universal masculino, ya que en aquella fecha no se contemplaba otra realidad, fue conseguido en 1869, aunque con limitaciones y reticencias que fueron superándose con el paso de los años. Y si hablamos del sufragio femenino, este no fue aprobado hasta 1931 y ejercido hasta 1933.

Sin embargo, no hace tanto, en nuestro país tuvimos vetado este derecho durante 36 años. El régimen franquista abolió este derecho y fue en 1978 cuando se recuperó.

Por todo lo que costó obtener el derecho a voto no podemos no hacer uso de él. De algo que puede parecer insignificante como es «echar un papel» en una urna dependen las políticas que se ejecutarán.

Nadie puede quedarse sin votar pero sobre todo, quienes no podemos quedarnos sin votar somos las mujeres. De nuestro voto depende que España lleve a cabo una política bajo un prisma feminista o que retrocedamos y digamos que no existe la violencia de género.

No podemos permitir que temas olvidados y superados vuelvan a estar presentes en los debates políticos. Hagamos que la España plural, feminista y democrática siga siéndolo.

Necesitamos mirar al futuro con esperanza y no hay otra forma de hacerlo que con progreso y mediante los derechos sociales y libertades. Debemos tener claras nuestras prioridades y construir una sociedad fuerte en la que los ciudadano seamos el foco central, y por ende, los protagonistas de la historia.

*Alcaldesa de Orpesa