Querido lector:

Los mismos directores de los centros educativos (los públicos, claro) lo dicen. Muy buenas intenciones por parte de la Conselleria de Educación pero un aprobado justo en gestión. Y lo dicen con conocimiento de causa ya que en ellos está recayendo el interminable río de dudas que asaltan a los padres ante los numerosos frentes abiertos de este final de curso y el inicio del siguiente y lo que es peor, gran parte de la gestión de esos problemas sin tener aún las normativas redactadas por parte de la autoridad educativa.

La segunda fase del programa Xarxa Llibres, las becas comedor, las becas del transporte escolar, la jornada continua, el bonolibro, las aulas de 2 años, las ayudas universitarias, el plan de actuación para la mejora que sustituye al contrato programa, la exigencia del Ministerio de Educación a una reválida o a los informes que la sustituyen... no son pocas las cuestiones que están la mayoría en el aire, o sin criterio de funcionamiento y de gestión y que afectan a miles de familias.

Demasiadas a tenor de las palabras del propio portavoz de la asociación de directores de centros de Primaria de Castellón, Alfredo Mercé, que hoy se queja en Mediterráneo de que todo son promesas de agilización de normativas y directrices inminentes... pero que nunca salen de la Conselleria.

El mundo de yuppi que algunos quieren vender y con el que se autoaniman, no es tal. Y no por falta de voluntad ni de criterio. Más bien, se ve a todas luces, de falta de planificación y de experiencia. Mucha intención de cambiar cosas según el ideario y el programa electoral del pacto tripartito en relación a la Educación, pero con tal agolpamiento de medidas y de improvisaciones que no están siendo capaces de darle salida administrativa.

En este sentido, quizá sería mejor establecer una velocidad de crucero razonable que no causara tensión social ni profesional dentro del estamento educativo. Vicent Marzà conseguiría así un mayor consenso y una mayor riqueza de aportaciones del sector y a los padres no nos tendría en un alambre de incertezas.