El domingo Kirk Douglas cumplió 102 años. Mi abuela vivió hasta los 103. Desgraciadamente, sus diez últimos años los vivió en una institución, porque padecía una enfermedad neurodegenerativa. Mi madre tiene 91 años, y es muy probable que llegue a los 103 e, incluso, con los avances de la medicina moderna, que los supere. Pero ¿en qué condiciones? Hoy en día ya se realizan trasplantes de células cerebrales (en fase experimental) y en breve se podrá estimular la neurogenésis (la creación de nuevas células) mediante trasplantes de células del bulbo olfatorio y del hipocampo. Es muy posible que en unos años podamos curar el alzhéimer y el párkinson. Solo posible.

Uno de los grandes retos de la psiquiatría, le neurociencia y la psicología moderna va a ser la población anciana. La población mundial envejece a un ritmo creciente que ya hace prever que en el 2040 habrá más ancianos que niños.

En España, en el 2050, las personas mayores de 65 años representarán más del 30% del total de la población. Pero no disponemos de ninguna prueba que nos diga que las personas ancianas gocen de mejor salud que la que tuvieron a su edad sus padres, más bien al contrario. Con independencia del lugar donde viven, de si son ricos o pobres, uno de sus primeros problemas son el ictus cerebral y las enfermedades neurodegenerativas.

Los españoles gastan 1.000 millones al año en cirugía y medicina estética, y más de 400.000 se sometieron a operaciones de cirugía el año pasado. El mercado de los productos dietéticos ha crecido un 7% en un año, hasta alcanzar un valor de casi 1.000 millones. Gente obsesionada por mantenerse joven por fuera a la que todo su bótox no le va a servir de nada cuando tengan alzhéimer, párkinson o demencia senil…

Porque los españoles también somos el país que menos lee de Europa. Y una de las formas de prevenir este tipo de enfermedades es, precisamente, el ejercicio intelectual.

Seremos un país de mens enferma in corpore tuneado.

*Escritora