Estamos en un momento crucial de nuestras vidas. La mayor crisis que esta sociedad ha conocido en los últimos 40 años, parece que empieza a remitir. Ahora no es momento de experimentos, ni de palabras bonitas, sino de trabajo y de hechos.

Es mi obsesión. Cada uno que se lo aplique allá donde tenga el interés. En mi caso, el interés es Benicàssim. Los benicenses se han esforzado mucho por mantener adelante la ciudad. El ayuntamiento ha sido austero, pero no ha dejado de gestionar. No se ha recortado ni un servicio, ni un derecho y además, podemos decir con la cara bien alta que estamos pagando la deuda que el tripartito nos dejó.

Pero todos no pueden decir lo mismo. Llevamos siete meses esperando que desde el gobierno valenciano se dé una respuesta a los asuntos pendientes con Benicàssim. La Generalitat adeuda 1,4 millones de euros de la antigua obra de Villa Elisa. La construcción del Centro de Mayores sigue sin reactivarse, pese a hacer todos los informes y peritajes necesarios. El barranco de la Parreta, que sigue inundando Benicàssim cuando llueve, no tiene fecha, y como éste, la ampliación del Camí la Ralla. Ahora es el momento de dar la cara y dejarse de palabras. Esta ciudad y sus vecinos exigen respuestas efectivas y no me dolerán las veces que deba tocar puertas para que Benicàssim tenga lo que merece. H

*Alcaldesa de Benicàssim