Uno de los problemas de los gobiernos tripartitos que florecieron después de las elecciones de hace dos años es su falta de proyecto. El tripartito de Vinaròs no sabe gestionar porque no sabe qué proyecto es el que desea para la ciudad y por ello acaban justificando su inacción de gobierno con permanentes ataques a gobiernos anteriores y exagerando sus mínimas actuaciones para hacer ver que se está trabajando en algo.

Vinaròs tiene un alcalde que en los plenos se dedica a atacar y menospreciar al periódico Mediterráneo pero que después no tiene problema en convertirse en columnista de las mismas páginas que fustiga mensualmente. Es lo que tiene vivir en un mundo irreal, donde el alcalde y sus concejales acaban por creerse sus propias fantasías y engaños.

La realidad es que todas aquellas denuncias públicas realizadas por el Partido Popular se han cumplido. Y no es que tengamos una bola de cristal pero trabajamos los temas, estudiamos los informes técnicos y hacemos nuestro trabajo en beneficio de Vinaròs mientras el tripartito se dedica al postureo y a buscar los mejores eslóganes en redes sociales.

Han perdido la mitad de la legislatura en fuegos artificiales que distraen mucho pero no crean empleo ni refuerzan el futuro de Vinaròs. Y perderán los próximos dos años porque difícilmente ejecutarán proyectos inexistentes que no están trabajados. El esperpento del cementerio municipal, del reparto de Correos o de la anunciada como urgente y todavía inexistente auditoría municipal son ejemplos claros del mundo irreal en el que viven los once concejales, de los que seis a sueldo municipal, de un Ayuntamiento que se paró por completo en junio de 2015 y sigue sin el menor movimiento. Lo peor es que, como siempre, quienes pagarán la ineficacia son los vinarocenses.

*Diputado provincial del PP