Querido lector, algunos de mis compañeros sociatas del PSPV-PSOE de la Vall d’Uixo están de debate. No es mala cosa. Ojalá el futuro de los partidos perteneciera a esos que de vez en cuando se les denomina como “la puta base” y, por el contrario, se alejara de lo otro, de eso que se conoce como los “intereses de Estado” y que, parece ser, solo conocen ciertos expertos iluminados repartidos estratégicamente por todos los partidos. Pero, como decía, en la Vall, algunos de mis compañeros reflexionan en el Whatsapp sobre que tiene que hacer el partido si, la derecha, el PP, con Mariano Rajoy o sin el, decide ir a la sesión de investidura y aspirar a la presidencia y al Gobierno. Es decir, si debe votar “no”, una y otra vez, o como piden algunas voces, incluso del PSOE, abstenerse y dejar hacer. Es decir, mirar a otro lado y ayudar al Partido Popular a que gobierne España y, evitar la peligrosa repetición de las elecciones.

La verdad es que ninguna solución es fácil. Y es que, como decía Hans Magnum Enzensberger, creer que solo hay una solución es injuriar la razón y equivale a prohibir pensar. Además, como también decía otro filósofo, Daniel Innerariti, la política es un enigmático misterio y, tal vez, el oficio mas inexacto del mundo. Encima, y por eso me ratifico que es difícil, la derecha de los recortes, de la corrupción, de la dramática reforma laboral… etc, aunque gane votos y escaños, no se merece que nadie de forma consciente y por amor a España, a sus tierras y a sus gentes, la lleve al gobierno de nada. Aunque, si por el contrario uno mira al otro lado con idea de plantear alternativa, se encuentra un Podemos que mas que celebrar la busca de soluciones le ha preocupado superar al PSOE. Por si faltaba algo, también convive la presión interesada de ciertos medios de comunicación para que el PP forme gobierno y para dividir al PSOE, con la actitud de algunos sociatas (con mando en plaza) en aprovechar la circunstancia para asegurar el control del partido. Algo así como decirle a Pedro Sánchez: no te preocupes, que mande el PP, tú a la oposición y en el próximo Congreso del PSOE te vas a casa.

Querido lector, decía que no es fácil. Pero en este debate, mi posición optará siempre por el futuro. Creo que hay que aprovechar la situación para dejar clara constancia de que el PSOE puede y debe ser una herramienta social y política portadora de esperanza, que ayude a que los poderes públicos tengan como prioridad la defensa del bien común y las soluciones sean portadoras de justicia social e igualdad. En caso contrario, la brecha que se le puede abrir a la izquierda puede ser grande. H

*Experto en extranjería