La denuncia por parte de la guardería rural del Consorcio del Millars sobre la aparición de dos cadáveres de ovejas muertas y un vertido de forraje en la desembocadura del río vuelve a poner de manifiesto la falta de concienciación sobre el valor de este paraje protegido. Y lo cierto es que llueve sobre mojado porque en los últimos seis años se han encontrado alrededor de 20 ovejas e incluso el cadáver de un poni...

El Consorcio del Millars nació en el 2005 tras la protección por parte de la Generalitat de la desembocadura y nadie puede negar que ha servido para mejorar este enclave apreciado en la provincia, aunque queda mucho por hacer. La unión entre las administraciones, en este caso Generalitat, Diputación y los ayuntamientos de Almassora, Burriana y Vila-real, debe ser fructífera, así como la colaboración de la comunidad de regantes.

Durante los últimos años se ha invertido una importante cantidad de euros en el Millars, unas veces con más acierto que otras, puesto que la partida para realizar plantaciones de especies vegetales, a través de los Feder, en época de bonanza económica, se demostró que fue tirar dinero a la basura. También es cierto que ahora las administraciones locales parecen más implicadas, pero al tiempo de realizar campañas de concienciación e imponer fuertes sanciones a quienes vulneren las normas, como el caso de depositar cadáveres de animales, es necesario incrementar la vigilancia en el paraje y efectuar un mantenimiento constante para ponerlo en valor.

El actual gobierno autonómico defendió hace unos meses combinar la naturaleza con la realidad económica para lograr todo el rendimiento social y turístico posible del Millars. Esperamos hechos y no solo palabras.