Querido/a lector/a, como si no fuera suficiente con el drama de la pandemia del covid-19 que mata ciudadanos o, peor aún, como si no fuera suficiente con una oposición de derechas que no quiere pactar con el Gobierno y, encima, se mete en líos de corrupción que debilitan la credibilidad de la política y de los políticos, ahora, estos días, aparece el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares y, ante la ley de la eutanasia, no solo protesta, sino que advierte de que esa ley y el Gobierno socialcomunista son los males de España.

¿Qué te parece? ¿Qué piensas? A mí, y por decirlo respetuosamente, me gustaría afirmar que parte del mal de España fue el golpe de Estado del 36 y una guerra civil con centenares de miles de muertos de la que la cúpula de la iglesia fue colaboradora. O dicho de otra forma, parte del mal de España fueron los 40 años de dictadura que, de nuevo, con el respaldo de la cúpula de la iglesia nos alejaron del progreso económico, político y social. Incluso, no sería mentira decir que parte de la incoherencia de España es ser un Estado laico que mantiene privilegios a una iglesia, a una religión, en temas fiscales, educativos y de patrimonio. En última instancia también se puede afirmar que parte del mal de España tiene que ver con concederle, el franquismo a la iglesia, la exclusividad moral. Digo pues, y siempre según mi opinión, que parte del mal de España son un montón de circunstancias y hechos en los que directa o indirectamente está presente la cúpula de la iglesia de Cañizares. Menos mal que al igual que con el divorcio, el aborto o el matrimonio del mismo sexo, ahora, con el tema de la eutanasia, no tienen respaldo social. Y es que, en vez de defender una muerte digna y sin sufrimiento, quieren mantener una muerte con dolor y angustia. Postura que, posiblemente, no comparte ni Dios. H

*Analista político