Esperábamos poder reabrir este lunes, 11 de mayo, los templos cerrados a causa de la pandemia del covid-19, al comenzar este día la llamada fase 1. Así se nos venía anunciando; pero la autoridad sanitaria nacional ha decido el viernes que en el territorio de nuestra Diócesis no se puede comenzar aún dicha fase. Tendremos que esperar aún un tiempo, que por desgracia desconocemos. En esta fase se suprimirán algunas medidas que restringen la libertad de movimientos, que afectan a la libertad para reunirse la comunidad cristiana en los templos para celebrar la Eucaristía, el resto de los sacramentos y para tener otras actividades pastorales presenciales. Esperamos que pronto podamos reabrir los templos y que se vayan suprimiendo todas las medidas restrictivas para volver a la normalidad sin adjetivos, salvo las exigidas para el mantenimiento del orden público (art. 16, 1 de la Constitución).

La reapertura de las iglesias será una muy buena noticia y un motivo de alegría. Será un signo de que la pandemia va siendo controlada; nos permitirá recuperar la actividad pastoral ordinaria en nuestra Iglesia; y, sobre todo, nos podremos reunir de nuevo como pueblo de Dios para celebrar la Eucaristía y recibir la sagrada Comunión, y las familias podrán celebrar el funerales por sus fallecidos, que no se pudieron tener en su día. Durante este tiempo, muchos están sufriendo por la falta de la Eucaristía.

Cuando se reabran los templos, no podremos olvidar que el coronavirus sigue propagándose y deberemos ser muy prudentes. Por ello deberemos observar las medidas establecidas: entre otras, que solo un número limitado de personas podrá entrar al templo, que hay mantener distancia entre las personas...

Sigamos rezando a Dios por el fin de la pandemia. No olvidemos la oración por los fallecidos y sus familiares, por los contagiados y los sanitarios.

*Obispo de Segorbe-Castellón