Tras ocho meses desde aquel engaño en la moción de censura de convocatoria de elecciones inmediatas, por fin Pedro Sánchez ha convocado elecciones. Como casi todo lo que ha hecho durante su período como el presidente más breve de la historia democrática de España, la convocatoria de elecciones llega tarde y mal.

Tarde, porque nos mintió a los españoles diciendo que la moción de censura era instrumental para convocar elecciones inmediatas y echar al PP, sin embargo ha intentado aguantar hasta negociando lo innegociable a cambio de votos para sus presupuestos. Sánchez ha actuado siempre con la calculadora electoral y las encuestas del CIS de Tezanos, si las convoca el 28 de abril es porque cree tener un relato con el que volver a engañar a los españoles.

Mal, porque si Sánchez hubiese antepuesto el interés general, hubiésemos tenido un súper domingo electoral, sin hacer vivir a los ciudadanos dos campañas electorales consecutivas con su posterior jornada electoral. Además, por el coste público que tiene una convocatoria diferente, algo que como ha demostrado con el uso del Falcon presidencial, nunca ha sido una de sus preocupaciones, siguiendo la máxima de su vicepresidenta sobre que el dinero público no es de nadie. Y puso la guinda a esa mala convocatoria dando un mitin político desde la Moncloa, demostrando el poco respeto que ha tenido a las instituciones.

EL BALANCE del breve mandato de Sánchez, será que a pesar de ser el más breve, ha sido uno de los presidentes que más tensión y enfrentamiento ha generado en la sociedad, superando incluso a Zapatero, y todo por su ambición desmedida y su proyecto personalista, que ha acabado con su propio partido.

La buena noticia es que acaba su presidencia y se abre un horizonte esperanzador para devolver al país a la senda de crecimiento de la mano de Pablo Casado.

*Secretario general PPCS