Querido/a lector/a, este mes de mayo, tres años después de las últimas elecciones municipales y a un año de las próximas, es, por así decirlo, un buen momento para la reflexión sobre la cosa municipal.

Reflexión para los partidos porque ya han tenido tiempo suficiente para apreciar la importancia que tiene la extensión de la organización en pueblos donde no llegaba. Y es que, en este punto, las ideas son esenciales y tener razón es importante, pero no suficiente. La política reclama una amplia organización como algo determinante, especialmente, para un municipalismo que necesita presentar más candidaturas, ofrecer más y mejores servicios a los ciudadanos y, además unas prácticas que vayan más allá de la pura gestión de lo cotidiano. Me refiero a un nuevo modelo de municipalismo que se levante sobre la base de más autonomía, más competencias, más participación en los presupuestos públicos, etc.

Reflexión, también, para los alcaldes/as y concejales/as porque ya deben conocer la situación de sus municipios y de sus compromisos electorales y, encima, aún les queda por delante un año y la elaboración de un nuevo presupuesto para corregir errores y desarrollar incumplimientos. Pero en todo caso, es buen momento para preguntarse aquello de: ¿se ha creado algún foro estable para gobernar desde la participación vecinal?, ¿existe algún diagnostico y proyecto de pueblo que mire al 2050 y que sea motor de la acción política?, ¿se ha incluido en los presupuestos el problema del paro?, ¿se han organizado servicios sociales para los excluidos?, ¿se han reivindicado en la sanidad y en la educación niveles de excelencia?, ¿se ha cuidado la cultura propia valenciana?, ¿se rinden cuentas?, etc.

En definitiva, el mes de mayo es un buen momento para averiguar si existe mayor bienestar para los ciudadanos y más compromiso de los ciudadanos.

*Analista político