Hoy comienzan las fiestas de Santo Tomás de Villanueva, las que nuestros antepasados denominaban la dels fadrins; las que nos sirven como punto de inflexión para emprender la llegada del otoño, como queriendo reiniciar un nuevo curso tras los frenéticos días de verano que aquí, en Benicàssim, se viven con la intensidad propia de un destino turístico.

Las fiestas no solamente suponen el cumplir con la tradición de nuestra devoción a Santo Tomás sino que, además, suponen preservar en los tiempos que corren, un legado heredado de nuestros mayores y unas tradiciones con las que se ha construido la esencia de nuestro pueblo perviviendo en generaciones futuras.

En estas fiestas, Benicàssim pone todo su corazón y esfuerzo para ofrecer una programación pensada entre todos y para todos, vecinos y visitantes, pequeños y mayores, para que todos encuentren un espacio dentro de las actividades programadas, gracias al compromiso y la responsabilidad de mujeres y hombres anónimos que, de forma altruista, dedican su tiempo para organizar el ocio y la diversión de los demás.

Por todo ello, quiero agradecerles públicamente que demuestren, una vez más, que con su trabajo Benicàssim siempre muestra su mejor cara a quienes vienen a disfrutar en nuestra tierra. Esa es la verdadera esencia de un pueblo, la colaboración, la hermandad, la solidaridad. Porque nuestra ciudad, una vez más, quiere ser el punto neurálgico de encuentro, convirtiendo esta semana de fiestas en un atractivo más de nuestra localidad.

No quiero desaprovechar la ocasión para felicitar a la reina de las fiestas, Marina, que hoy inicia su reinado, así como a toda su corte de honor, formada por Mara, Andrea, Julia, Paula, Natalia, Irene y Elena que, a partir de hoy, van a formar parte de la historia festiva de nuestro pueblo. Estoy convencida de que vivirán un año especial cargado de nuevas experiencias que, sin lugar a duda , nunca olvidarán.

Con el deseo de que participen todos de nuestras fiestas, abrimos las puertas de par en par, para que la ilusión y la alegría sean nuestra única bandera en una semana en que las fiestas, además de diversión, sirvan para difundir y perpetuar lo auténtico, lo nuestro, lo propio.

*Alcaldesa de Benicàssim