Estos días también toca hablar de autonomía. Pero, en esta ocasión no es de Catalunya, sino de la nuestra, de la valenciana. Y es que, para el 18 de noviembre se prepara en València una manifestación unitaria --pueblos, partidos, sindicatos…--, por una reforma del sistema de financiación, por un reparto de las inversiones del Estado de acuerdo con nuestra realidad y, además, y esto que quede muy claro, para que se reconozca y se paguen los déficits de financiación acumulados, lo que llamamos la deuda histórica. En definitiva, el día 18 todos a València para exigir ante el Gobierno del Estado, ante el PP y Rajoy, nuestra capacidad de decidir nuestro futuro y poder generar riqueza, bienestar y progreso.

Ahora, las preguntas que tocan son: ¿Por qué parece que nuestra autonomía funcionaba antes y no ahora? ¿Qué ha pasado? Las respuestas están claras: en un primer instante con mayoría de izquierdas en Les Corts Valencianes y con los socialistas y Joan Lerma en el Consell, nos acercamos al bienestar y al progreso al cubrir con eficacia los objetivos básicos de: edificar el sistema autonómico -la Generalitat valenciana- y promover políticas que crearan riqueza y la redistribuyeran en forma de servicios. Soluciones estas que permitían el avance de nuestra sociedad y de la naciente autonomía que, dicho sea de paso, quería oscurecer la derecha, el PP. Pero, en estos tiempos, el tema ha cambiado: con el aumento de la población en el País Valencià queda constancia de que el modelo de financiación no es el apropiado y, encima, hemos tenido que sufrir las consecuencias de la corrupción institucionalizada del PP y un modelo económico tercermundista que ha basado su desarrollo en los bajos salarios y un urbanismo insostenible medioambientalmente. Así es que si queremos tener futuro, estos días toca reivindicar lo que es nuestro y volver a empezar con la izquierda siendo mayoría en Les Corts y con Ximo de president.

*Experto en extranjería