El cardenal y arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick ha dimitido y el papa Francisco ha aceptado esta decisión. El Papa había ordenado que McCarrick, de 88 años, permaneciera apartado de sus funciones y recluido hasta que se aclaren en juicio canónico las acusaciones de abuso sexual contra él.

Francisco aceptó esa renuncia «y dispuso su suspensión en el ejercicio de cualquier ministerio público», así como «la obligación de que permanezca en una casa asignada para una vida dedicada a la oración y penitencia».

El purpurado, de 88 años, ha sido acusado de incurrir en abusos sexuales en una serie de casos que se remontan a los inicios de su carrera religiosa, hace casi 50 años, cuando ejercía como cura en la diócesis de Nueva York.