El dueño de la parcela de Totalán (Málaga) en la que se encuentra el pozo al que cayó Julen, cuyo cuerpo sin vida se encontró 13 días después, declaró ante la Guardia Civil que él puso dos ladrillos de hormigón encima del orificio e insistió en que el pocero nunca selló la prospección.

La Guardia Civil ya ha entregado en el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga los primeros informes sobre las circunstancias de la caída del niño de 2 años, la construcción del pozo al que se precipitó y los trabajos que se estaban haciendo en la finca, según publicó ayer el diario Sur.

Los agentes han tomado declaración a todas las personas que estaban en la parcela cuando ocurrió el suceso el pasado día 13 de enero: los padres de Julen; la prima del padre del niño y el novio de ésta, que es el propietario de la finca, así como al pocero y al operario que hizo un posterior movimiento de tierras con una máquina. Según el periódico, el dueño de la finca --una parcela de 4.439 metros cuadrados que adquirió el pasado mes de octubre-- ha declarado que dijo al resto de familiares que él se encargaba de hacer una paella y que ellos estuvieran pendientes de los niños.

EL PADRE // El padre de Julen contó a la Guardia Civil que estaba echando unas ramas al fuego y observó cómo su hijo corría por la zanja hacia la esquina donde estaba el pozo y que él se encontraba a unos 10 o 15 metros del niño. Al verlo, corrió tras él para cogerlo y presenció cómo caía por el agujero. Luego le escuchó llorar unos 30 segundos, por lo que quitó todas las piedras que había alrededor para que no cayera nada dentro mientras le hablaba para tranquilizarlo.

El progenitor manifestó que, junto a la boca del pozo, había dos «cantillos» (bloques de hormigón) separados y que en medio quedaba el agujero. Informó además de que al llegar a la parcela, su dueño les advirtió del pozo pero les dijo que estaba tapado mediante dos bloques.

Por su parte, Antonio Sánchez, el empresario que ejecutó el pozo, dijo ayer a Efe que siempre hace «bien» su trabajo, en alusión a que tapó el orificio con una piedra, y que reiterará esta versión cuando declare en sede judicial.

Sánchez asegura que no puede decir en el juzgado «ni más ni menos» que lo que ya indicó a los investigadores de la Guardia Civil que le tomaron declaración tras el suceso, porque lleva «40 años haciendo este trabajo» y lo hace «siempre bien». En ese momento, el pocero manifestó que taponó la boca del pozo, pero que su actuación fue posteriormente modificada por unos movimientos de tierra en la zona.