El abandono educativo temprano (uno de los indicadores más relevantes del fracaso escolar) se ha situado, durante el segundo trimestre del año, en el 19,7%, la cifra más baja jamás contabilizada en España, pero lejos aún del 15% fijado por la Unión Europea como objetivo para el 2020. Pese a que desde el inicio de la crisis la tendencia de los alumnos a abandonar los estudios es decreciente, el sistema educativo todavía no consigue que uno de cada cinco jóvenes termine la educación secundaria obligatoria (ESO) o que, si la acaba, siga cursando estudios postobligatorios de bachillerato o formación profesional (FP).

En la última legislatura se ha producido un descenso de 6,62 puntos en la tasa de abandono educativo temprano, según informó ayer el Ministerio de Educación. En el año 2011, el abandono escolar se situaba en el 26,32%, pasó al 24,7% en el 2012, al 23,6% en el 2013 y al 21,9% en el 2014.

El pasado enero, el Ministerio atribuyó el descenso, que por primera vez fue inferior al 20%, a la ampliación de la oferta de formación profesional dual. No mencionó, sin embargo, que solo un 4% de los alumnos de FP siguen esta modalidad. Tampoco entró a analizar el perfil socioeconómico de los jóvenes que abandonan la escuela, que en su gran mayoría ocupan los niveles más vulnerables de la sociedad. H