Pocas cosas volverán a ser lo mismo tras la crisis del coronavirus, pero seguro que los hospitales no. Mientras gestionan los últimos coletazos de esta crisis sanitaria, diseñan cómo serán en un futuro inmediato para atender otras olas hasta que se encuentre una vacuna. En el Hospital Clínico de València empiezan a esbozar un plan que incluye nuevas UCI, pero también circuitos cerrados de televisión o sistemas alternativos de ventilación.

«La idea que tenemos es que el coronavirus no va a parar, que va a continuar el goteo», explica Jaime Signes-Costa, jefe de servicio de neumología. «Así que vamos a tener una parte dedicada a estos pacientes y el resto para otras enfermedades. Creo que es lo que van a hacer todos los hospitales a la espera de una vacuna», adelanta. Pero no será solo en las plantas especializadas, desde Urgencias habrá circuitos alternativos para sospechosos de estar contagiados hasta que se aclare.

Una de las enseñanzas básicas es que hay que ampliar las UCI. «Hay que tener más capacidad, se han quedado pequeñas y eso sin operar casi nada», apunta. En esa ampliación hay un servicio clave: el de anestesia. «Hay hospitales en los que las UCI las llevan los anestesistas. Somos expertos en ventilación y cualquier profesional de esta rama puede atender a un paciente covid. Además, somos el servicio más grande de cualquier hospital», explica Carlos Tornero, jefe de servicio del área de Reanimación. La otra gran deficiencia en muchos centros fue la de la protección de los sanitarios, lo que obliga a crear circuitos estables de llegada de este material. «Aquí no hubo un día en el que no hubiera nada de algo, pero sí la deficiencia de no saber qué íbamos a tener». También hay que reducir la exposición de los sanitarios y en el Clínico ya tienen un plan. «Vamos a poner cámaras de vigilancia y de audio en media sala para tener un control más estricto sin tener que entrar tantas veces», puntualiza Josep Redón, jefe de servicio de medicina interna.

Pero todos estos planes necesitan inversión y profesionales. «Necesitamos ampliar las plantillas», apuntan. «El sistema que tenemos es muy bueno, pero está muy sometido a estrés», dicen.