El jurado popular falló ayer que Miguel López no es culpable de la muerte a tiros de su suegra la tarde del 9 de diciembre de 2016. El veredicto no considera probado que el acusado fuera el autor de los dos disparos en la cabeza que acabaron con la vida de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala, y cree que estos se efectuaron por una persona desconocida. El jurado estuvo deliberando desde el jueves y durante todo el fin de semana. El viernes por la noche la magistrada les devolvió el veredicto para que lo fundamentaran más y lo cerraron este domingo a primera hora de la tarde.

La resolución también le exonera del delito de tenencia ilícita de armas del que se le acusaba, a pesar de que el arma del crimen nunca fue localizada. En los próximos días, la magistrada Francisca Bru, que ha presidido el tribunal de jurado, tendrá que dictar sentencia basándose en los hechos probados del veredicto y en la que se plasmará por escrito la absolución de López,

En cualquier caso, el fallo no es firme y contra él cabe recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat. Tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejerce el abogado Francisco Ruiz Marco en nombre del hijo mayor de la fallecida pedían más de 24 años de cárcel por los delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas.

Miguel López, yerno y único acusado del crimen, abandonó el Palacio de Justicia de Alicante con lágrimas en los ojos y muy emocionado entre aplausos de sus amigos minutos después de oír del jurado que es «no culpable». Tras más de 72 horas de deliberación secreta e incomunicada, el portavoz del jurado leyó in voce a las 17.26 horas el veredicto y la mitad de la sala estalló en aplausos y gritos de alegría.

López no pudo ocultar su emoción al verse exonerado pero preguntado varias veces tras salir del juzgado, contestó con un «nada» mientras caminaba llorando y abrazado por uno de sus mejores amigos, Ricardo. Este sí se paró un minuto con los periodistas para afirmar que López ha sufrido una «presión enorme» por un proceso judicial de «excepcional» seguimiento mediático que ha provocado en el entorno una «situación muy complicada».