El contenido de la caja negra del tren Celta Vigo-Oporto que descarriló el pasado viernes en O Porriño ha confirmado las primeras sospechas de que la causa del accidente fue el exceso de velocidad. El convoy circulaba a 118 km/h cuando al haber entrado en una vía secundaria debía haberlo hecho a un máximo de 30 km/ h. La caja también revela que el maquinista recibió y dio acuse de recibo de dos avisos para que redujera la marcha.

En el accidente se produjeron medio centenar de heridos y cuatro fallecidos, entre ellos el maquinista, de nacionalidad portuguesa. El tren se salió del carril en una vía secundaria a la había accedido porque unos operarios estaban realizando labores de mantenimiento en la vía principal. Si en esta se puede circular hasta 120 km/h en la secundaria la velocidad está limitada a 30.

Desde el primer momento, los investigadores apuntaron a que el convoy circulaba a mucha más velocidad, dado el estado en que quedó el primer vagón. Se desconocía, sin embargo, las causas. Con el análisis de la caja se ha podido comprobar que los sistemas de aviso instalados en la infraestructura no fallaron.

“El maquinista recibió y cursó recibo de haber recibido (pulsando un botón) dos avisos L1, que significan necesidad de moderar la velocidad”, señala en un nota oficial el Tribunal Superior de Xusticia de Galicia. La caja negra se ha abierto en el juzgado de O Porriño con la presencia de representantes de todas las partes implicadas.