La ilusión de ser una de las elegidas para cantar el sorteo del Gordo de Navidad se puede convertir en una pesadilla. Una niña de 10 años del colegio de San Ildefonso es la nueva víctima de una equivocación en Twitter: el error de un usuario de esta red que la confundió con un niño transexual amenaza la que hasta ahora era una plácida vida académica. Sus padres temen que la menor sufra acoso escolar a la vuelta de las vacaciones mientras ella dice que no quiere volver a las aulas.

Una vez más, el todopoderoso Twitter, que encumbra héroes o hunde inocentes, clava las garras. Y en esta ocasión se trata de una niña. ¿Su pecado? Llevar el pelo corto. Esa simple elección estética provocó que durante la retransmisión televisiva del sorteo del pasado 22 de diciembre un tuitero decidiera apoyar el presunto gesto valiente del niño, que vestía el uniforme femenino de San Ildefonso. A partir de ese instante, lluvia de aplausos y reproches en los ahora largos mensajes de 280 caracteres. La transexualidad infantil a discusión.

EMBROLLO // Los padres de la pequeña, Noemí e Iván, se percataron del embrollo unas horas después. En el Teatro Real, la protagonista había escuchado algún comentario, pero ni mucho menos era consciente del alcance. En Twitter se había convertido en Daniel, un niño trans que decidía ponerse sin ambages la falda de San Ildefonso. Pero en realidad Daniel era el compañero que había sacado las bolas del bombo detrás de ella. La miopía (visual y mental) del tuitero hizo el resto.

Cantó un quinto premio, con lo que las miradas todavía se fijaron más en el supuesto niño transexual. Los mensajes ofensivos se multiplicaron, tanto en Twitter como en Facebook. La familia, ya de noche en su casa, no daba crédito. Han decidido poner el caso en manos de una abogada porque, se queja la madre, quieren que se haga justicia.

«Mi hija es una personita inocente y esto le puede afectar. Dice que por qué le tienen que hacer eso a ella, que solo participó para cantar la lotería. Ella no es un niño ni nunca ha dicho que lo quiera ser, no hay nada más y aunque así fuera, estamos en el siglo XXI», se queja la madre.

«El problema es la vuelta al colegio, --añade el propio padre--. Tenemos miedo porque hemos escuchado casos de niños que se encierran en sí mismos y no dicen nada a sus padres». Ambos han repasado varias veces el vídeo con la intervención de la niña, pensando que quizá un error en televisión pudo acreditarla como un niño, pero nunca ocurrió. «Lo dicen bien, dicen claramente su nombre», explica Noemí.

En la Federación de Asociaciones de Transexuales del Estado Español se han interesado por el caso porque el acoso sufrido por esta niña en las redes es similar al que padecen los menores transexuales. Piden a la Fiscalía que investigue, que proteja a la niña y depure responsabilidades. «Han causado mucho dolor en esta familia», explica la presidenta de la organización, Mar Cambrollé.

«Los altos índices de acoso y bullying que sufren los menores en las escuelas por causa de orientación, identidad y expresión de género, es motivo de que las leyes tengan la utilidad para las que se promueven; garantizar derechos y proteger jurídicamente de las discriminaciones», añade Alejandro Moreno, secretario de organización de la Plataforma Trans.