Dos pateras alcanzaron ayer la costa de la provincia de Alicante, a la altura de las localidades de Altea y Calpe, y se localizaron hasta el momento en un aparente buen estado de salud a siete inmigrantes, de los cuales dos manifiestan ser menores de edad.

Según la Guardia Civil, las embarcaciones fueron avistadas a la altura de las calas de Cap Negret (Altea) y de les Urques (Calpe), y a la llegada de los agentes los ocupantes de ambas pateras habían huido del lugar.

Junto a las pateras se encontró diversa ropa abandonada y en una de ellas un dispositivo de localización del tipo GPS.

Tras establecer un dispositivo de búsqueda para localizar a los ocupantes, se detuvo a siete inmigrantes que habían subido a un autobús en Calpe con dirección a Benidorm. Los siete varones indocumentados están en aparente buen estado, aunque dos de ellos fueron dirigidos a un centro sanitario con mareos y vómitos.

En el caso de la patera de Altea, la misma fue remolcada a las 9.30 horas por una embarcación de la Cruz Roja al puerto de esa localidad. En este caso no se ha identificado a ningún ocupante.

Estas dos pateras localizadas ayer elevan a siete las embarcaciones que, con un total de 49 indocumentados a bordo, han llegado al litoral de la Comunitat Valenciana en lo que va de año.

Según los datos recabados por Efe, la primera patera se registró el pasado 17 de abril en El Albir, de l’Alfàs del Pi, con cinco indocumentados, a los que se sumaron tres más en un acantilado de Calp el 15 de mayo.

El 13 de julio llegaron a Santa Pola diez inmigrantes, ocho varones, una mujer y una niña hija de ésta, y un día después fueron localizados 17 hombres magrebíes cuando navegaban a 48 millas náuticas de Alicante.

La última patera antes de hoy también fue en Santa Pola, concretamente a unas 32 millas al sureste de esta localidad cuando fueron rescatados 12 inmigrantes, tres de ellos menores.

MÁS EL PASADO VERANO // El pasado año la cifra de inmigrantes que llegaron a las costas valencianas a bordo de patera fue de 99, principalmente en los meses de verano, por 26 en tres embarcaciones en el 2015 y 84 a lo largo del 2014 en 11 pateras.

Desde el 2009, el litoral alicantino dispone de cuatro radares fijos y uno móvil del Servicio Integrada de Vigilancia Exterior (SIVE) cuyo objetivo es tratar de detectar las bandas de inmigración ilegal, narcotráfico y terrorismo, principalmente.

Estos radares se sitúan, de sur a norte de la costa, en el Cabo Roig (Orihuela), el cabo de Santa Pola, Serra Helada (Benidorm) y el cabo de San Antonio (Dénia), a los que se suma uno a bordo de un camión que es trasladado en función de las necesidades operativas de la Guardia Civil.