El juzgado de lo Penal número 2 de Castellón ha condenado a la educadora de una escuela infantil pública del Grao de Castellón, que agredió a dos alumnos, a la pena de dos años de prisión por dos delitos contra la integridad moral. Del mismo modo, la sentencia la absuelve de un tercer delito contra la integridad moral.

Asimismo, la condenada, M.R.M.M y de 56 años, deberá indemnizar económicamente a las madres de las dos víctimas con 2.000 euros a cada una por los daños morales. La Conselleria de Educación es responsable civil subsidaria de lo ocurrido.

Los hechos sucedieron en el curso escolar 2010-2011. La magistrada considera probado que la educadora actuó sin ningún tipo de “paciencia o consideración” con los niños, de dos años de edad, y trató, en reiteradas ocasiones, de forma “inadecuada para su edad a algunos de sus alumnos, sometiéndoles a acciones violentas totalmente injustificadas con frases y expresiones impropias, tirones bruscos y algún bofetón o cachete’”.

Además, la sentencia da por acreditado que dos de los menores sufrieron esta “acción degradante” de forma particularmente intensa, con un trato ”incorrecto, inadecuado y vejatorio, de forma reiterada”. En este sentido, la jueza del caso revela que la condenada aprovechaba para ello el espacio cerrado del aula y la corta edad de los niños, una situación que “les impedía repeler estos comportamientos y verbalizar lo que estaba sucediendo”.

La conducta de la condenada, según apunta la magistrada, hizo que dos de los menores desarrollaran una sensación de “temor y angustia” cuando les llevaban a clase, “con llantos por la mañana y pesadillas nocturnas que fueron desapareciendo con el tiempo”.

LOS episodios // Al parecer, una mañana del mes de diciembre del 2010, la acusada cogió a uno de los niños que había ensuciado el pañal y lo subió bruscamente al cambiador, donde le propinó dos cachetes en el culo --con el paquete puesto--, bajándolo a continuación fuertemente al suelo. En otra ocasión, la cuidadora se dirigió a uno de los niños, quien le había llamado gorda, y le gritó ¡Como te de una hostia!. En el 2011, la acusada salió a un patio pequeño para entregar una cartulina a una compañera y, al regresar a su aula comprobó que no podía abrir la puerta, quedándose los niños a su cargo encerrados solos en la clase. Una de sus compañeras le abrió, y cuando entró se dirigió muy enfadada hacia una de las niñas, a la que propinó un fuerte bofetón que le hizo perder el equilibrio y caer al suelo.

Otro de los menores de la guardería manifestó a su madre que la acusada les pegaba en la cara, en la boca, en las manos y en el culo, y que solía repetir constantemente que era “tonto”.

Es por todo ello que las madres de los dos afectados reclaman una compensación por lo que vivieron sus hijos. H