Condenado a dos años de prisión por estafa en la compra de palets. La Audiencia Provincial de Valencia ha sentenciado al representante de una empresa frutícola italiana, con sede en Almería, por engañar a una mercantil de Castellón --con fábrica en Almassora-- y dejarle a deber más de 37.000 euros. Según declara probado la sentencia, en el año 2009, el acusado requirió los servicios a la empresa perjudicada. El procesado solicitó la entrega de envases y palets de madera, encargo que fue cumplimentado.

Las facturas de esa campaña se pagaron de la manera convenida, ascendiendo a un importe no superior a los 6.000 euros, lo que generó la debida confianza entre las partes y que, posteriormente, utilizaría el ya condenado.

El acusado volvió a pedir nuevos recipientes que la empresa afectada le sirvió entre febrero y mayo del 2011. El material proporcionado ascendió a un total de más de 37.000 euros y generó 20 facturas que no se pagaron.

Estas entregas sucesivas formaban parte de un pedido total --que rondaba entre 50.000 y 60.000 euros--. Al iniciar el suministro en fecha 25 de febrero del 2011, el condenado era, según los jueces, consciente de que no iba a pagar lo que fuese recibiendo.

La empresa castellonense interrumpió el suministro tras la última entrega, el 18 de mayo del 2011, como consecuencia de la falta de pago del procesado.

La Justicia lo ha sentenciado a 24 meses de prisión y a devolver el montante de las deudas.

Este diario adelantó el pasado año otra estafa de grandes dimensiones a un agricultor de Betxí. La Policía Judicial de la Guardia Civil de València se hizo cargo del caso, tras denunciar la víctima, de 59 años y nacionalidad española, una estafa millonaria. En ese caso, el afectado, productor de naranjas, recibió la llamada de una persona que se interesaba por sus naranjas. Hasta la fecha, la víctima había vendido su producto a una cooperativa que entró en el 2017 en concurso de acreedores --solía colocar un millón de kilos de naranjas al año--, por lo que la oferta le interesó.

Se citaron en un hotel de València para negociar. La víctima llevó los 120.000 euros en efectivo que debía pagar como comisión y los entregó a los falsos compradores, quienes a su vez dieron entonces a la víctima del engaño dos bolsas de plástico transparente, llenas de billetes de 200 euros --conteniendo un total de 512.000 en metálico--. En casa, se dio cuenta de que eran falsos y acudió al cuartel para denunciar.