La familia de Maikel se mostró ayer fuertemente unida frente al doloroso momento que están viviendo. El padre, Miguel Navarro, fue contundente en declaraciones a la prensa: «Lo único que se merecen los asesinos de mi hijo es la cadena perpetua, pero no existe».

Navarro también fue crítico con el sistema judicial, así como con la ley del menor: «Lo que está claro es que en España los menores pueden matar y pueden hacer lo que quieran porque no pasa nada. Los encierran un tiempo en un colegio con su televisión y su Play Station y... ¿Quién nos asegura que no volverán a matar?». Y añadió: «Yo creo que la vida de una persona, sabiendo que han dejado dos niños huérfanos, además de la crueldad con la que lo hicieron, no merece tan poca condena».

El padre de Maikel, además, manifestó muy enfadado: «Nadie a venido a pedirme perdón, ni los padres de los chavales, que ya sé que no tienen culpa. Pero, por lo menos pedir perdón por el dolor tan grande que han causado».

En la misma línea se mostró la madre de Maikel, Vallivana Fernández: «Esto no se lo deseo a nadie porque solo una madre puede sentir lo terrible y duro que es perder a un hijo». Y explicó: «Si es que los asesinos de mi hijo me ayudaron a pegar carteles por Castellón cuando lo buscábamos desesperados. Si es que uno vino a mi casa, engañándonos, mintiéndonos... Hasta que al final confesó. No hay derecho».

Los asesinos confesos de Maikel lo citaron en una casa la tarde de Reyes, el 6 de enero. A traición le asestaron una decena de hachazos en la cabeza. Tras esto, le pusieron una bolsa de plástico, lo ataron y lo enterraron en un huerto de naranjos. Una semana después fueron detenidos.