Tal como estaba previsto, la final de la sexta temporada de Masterchef se lo comió todo en la noche del lunes, al reunir a una media de 2.968.000 telespectadores, con una guinda fantástica: un 27,4% de cuota. Eso sí, también como ya es costumbre en este exitoso talent gastronómico de TVE-1, esta última cena --que consagró a la madrileña Marta Verona--, volvió a ser de muy larga y pesada digestión: empezó casi a las 11 de la noche y se sirvió el postre final ¡a las dos de la madrugada! Una estrategia de programación que busca la máxima cuota a cualquier precio, pero que es difícil de congeniar con la función de una televisión pública y la tan demandada racionalización horaria.

Pero al margen de un horario trasnochador (para un programa que además estaba previamente grabado), el seguimiento de Masterchef fue un gran éxito para la primera cadena estatal, que logra con esta final su récord de audiencia de la temporada. Eso sí, deja un regusto agridulce porque es la primera de la seis finales emitidas que queda por debajo de los tres millones de seguidores. En el cómputo de toda la temporada, esta sexta entrega ha promediado 2.528.000 telespectadores (18,9%), cifra ligeramente superior a la quinta edición (2.495.000 y un 17,5).

Marta Verona, una joven nutricionista de 23 años, optó por un menú mediterráneo para enfrentarse en la final a su compañera y amiga, la cubana Ketty.