Mediaset ha tomado la decisión de no emitir el Mundial de baloncesto de 2019 pese a tener los derechos audiovisuales, ya que considera que la ausencia de los jugadores más importantes de las selecciones, entre ellas la española, resta interés al torneo. El anuncio del grupo audiovisual se ha producido tras confirmarse oficialmente que las principales figuras de los equipos no participarán en la fase de clasificación del campeonato, al tener compromisos oficiales con sus respectivos clubes.

Concretamente, se refiere a los equipos que están jugando la Euroliga, competición en la que participan todos los grandes clubs de Europa y cuyas jornadas coinciden con los partidos de clasificación para el Mundial.

En su comunicado, la cadena manifiesta su «perplejidad ante la situación en que queda la disputa de la primera jornada de partidos clasificatorios a la luz de las convocatorias ya conocidas de varias de las selecciones de baloncesto más importantes de Europa, entre ellas la española, en las que no cuentan con sus principales jugadores». Dichos encuentros tendrán lugar los próximos 24 y 26 de noviembre.

MENOR INTERÉS // Mediaset considera que el hecho de que la selección española «no pueda contar con dichos jugadores como consecuencia de los compromisos que estos tienen con sus respectivos clubs pone en riesgo su clasificación para la fase final de la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA de 2019 (que se disputará en China) y devalúa el carácter competitivo de estos partidos clasificatorios y el interés de los aficionados y telespectadores».

La nota añade que, «en tales circunstancias» Mediaset «ha decidido no retransmitir dicha competición, cuyos derechos fueron adquiridos fundamentalmente por el atractivo de un combinado nacional avalado por los grandes éxitos deportivos cosechados en los últimos años». De este modo, el grupo audiovisual no comprende «cómo se ha llegado a esta inadmisible y de todo punto inaudita situación de la que son máximos responsables la FIBA», conocedora de los compromisos de los clubes; y la Euroliga, por solapar su calendario cuando FIBA ya había anunciado la fecha de sus ventanas y «por su inflexibilidad ante los compromisos de las competiciones nacionales, entre ellas la española».