Ser trabajador por cuenta propia en Castellón es todo menos un camino de rosas. Jornadas maratonianas, beneficios cada vez más ajustados, gastos que no paran de crecer y, cuando llega la hora del retiro, una jubilación bastante pobre. Y si uno decide establecerse por cuenta propia al principio de su etapa laboral todavía resulta más complicado. Quizás por eso los jóvenes de Castellón ya no quieren ser autónomos. Ahora prefieren trabajar como asalariados y la burbuja emprendedora, iniciada durante los peores años de la crisis, empieza a dar señales de agotamiento.

Los datos del Ministerio de Trabajo son incontestables y demuestran a las claras cómo los jóvenes de Castellón cada vez dan más la espalda al emprendedurismo. De los 22.579 autónomos personas físicas con los que cuenta la provincia (datos al cierre del 2019), tan solo 5.782 son menores de 40 años, es decir, el 25%. Hace cinco años, en cambio, la proporción era mucho más alta, del 31,4%, y los profesionales que trabajaban por cuenta ajena y tenían entre 16 y 39 años eran 7.366. ¿La consecuencia? En apenas un lustro han desaparecido 1.584 autónomos jóvenes, es decir, una quinta parte del total.

Los jóvenes ya no quieren trabajar por cuenta propia, pero la tendencia no es exclusiva de Castellón. En el conjunto nacional ocurre exactamente lo mismo y, según un reciente informe de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), el sistema ha perdido en diez años 165.970 profesionales de menos de 35 años. «El descenso ha sido fortísimo y las estadísticas demuestran que el nuevo emprendedor no es una persona joven sino que la apertura de negocios viene en estos momentos de la mano de los mayores de 55 años, personas que están preparadas, con un importante bagaje a su espalda y que ven el autoempleo como la formula más efectiva para reincorporarse al mercado laboral» señala Alberto Ara, presidente de ATA en la Comunitat Valenciana.

¿AUTÓNOMO IGUAL A PRECARIO? // María José Landaburu, secretaria general de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE,) va un poco más allá y asegura que si los jóvenes ya no quieren ser autónomos es porque «identifican este tipo de empleo con la falta de protección social, las enormes dificultades de financiación y una mayor carga de trabajo por una menor retribución», al tiempo que reivindica una estrategia de emprendimiento juvenil para la próxima década y un banco de financiación del talento.

El peso de los menores de 40 años es cada vez menor entre los autoempleados y, por contra, el de los mayores de 55 aumenta año tras año. Un ejemplo. Casi 6.200 autónomos personas físicas de Castellón superan esa edad (suponen el 27%), mientras que hace cinco años eran 5.860 (el 25%). Eso significa que en una década 6.195 profesionales de la provincia se jubilarán y, con ellos, se cerrarán definitivamente la gran mayoría de esos negocios. Y todo por culpa de la falta de relevo generacional.