El Instituto Nacional de Estadística (INE) dibuja un panorama preocupante para la provincia cara a los próximos años. Y es que según la proyección de población que maneja la institución para el periodo 2015/2029, Castellón perderá casi 40.000 habitantes en esos años, prácticamente un 7% de la población total con la que cuenta en la actualidad.

A día 1 de enero del 2016, en la provincia residían un total de 572.856 personas, casi 4.000 menos que en el 2015. Un ritmo que, con variaciones --de 2.000 a 4.000 personas--, desde el INE predicen que se mantendrá hasta, por lo menos, el año 2029, cuando la cifra de habitantes en Castellón se establecerá en 534.443.

Una dinámica contraria a la que se desarrolló durante los 10 primeros años del nuevo siglo, un periodo en el cual la provincia creció casi tanto como desde 1900 al 2000. Y es que durante el todo el siglo XX se pasó de 310.828 a 467.952 habitantes (157.124 personas más), mientras que del 2000 al 2010 el crecimiento fue de 123.451, alcanzándose el récord absoluto de población en Castellón (591.403).

GUERRA CIVIL // Un fenómeno que, con matices --“hay que tener en cuenta que las estimaciones son solo eso, estimaciones”--, el profesor del Área de Geografía Humana de la Universitat Jaume I, Javier Soriano, achaca a tres factores. El primero es el “progresivo aumento de la mortalidad, ya que en los próximos años cesará el efecto provocado en la demografía por la guerra civil”.

“Durante la contienda y los años inmediatamente posteriores, las muertes y los no nacimientos (la desnatalidad) provocó en los inicios del tercer milenio que la población de más edad fuera numéricamente menor. Pero una vez esas cohortes o grupos de población ya desaparezcan, llegan a viejos grupos más numerosos y, por tanto, la mortalidad --a pesar de la calidad de vida y la alta esperanza de vida de España-- irá aumentando las próximas décadas como consecuencia lógica del envejecimiento de la población”, manifiesta el profesor.

El segundo factor son las bajas tasas de natalidad, “ya que no se produce el reemplazo de la población y podemos llegar a tener crecimiento negativo, esto es, cuando las defunciones superan a los nacimientos”.

Y en tercer lugar, “si a todo esto le añadimos el corte radical del flujo inmigratorio, algo especialmente acusado en Castellón debido a la crisis económica, tenemos una mezcla de factores que puede provocar pérdida de población”.

¿SOLUCIONES? // Teniendo en cuenta que “en demografía no hay recetas mágicas”, Soriano indica que el crecimiento negativo “se combate con más natalidad (el caballo de batalla de los países ricos) y con inmigración”.

El docente no prevé a pesar de todo un panorama demasiado oscuro para Castellón: “Tiene una economía relativamente diversificada y eso debería servir para atenuar las pérdidas de población en cuanto el crecimiento económico se consolide. La inmigración deberá reactivarse”. H