Hasta hace cinco años lo normal era no prestar mucha atención al dinero que a cada uno le quedará cuando llegue la hora de la jubilación. Pero primero la crisis y después la brusca caída de la natalidad han situado en el centro del debate la sostenibilidad de un sistema que encadena varios años con los números en rojo. Porque a la Seguridad Social no le salen las cuentas. Se gasta mucho más en pensiones que lo que se recauda vía cotizaciones sociales y la llamada hucha de las pensiones está a punto de quedarse sin fondos. Lo hará a finales del año que viene y cada vez son más los que defienden un impuesto (en Francia ya existe) y el fomento de los planes privados que garanticen a partir de los 65 años un nivel de ingresos similar al que se tenía en la vida laboral.

Pese a las advertencias de unos y otros y de la creencia popular de que el sistema público, tal y como se conoce hoy, tiene los años contados, la realidad es que, en Castellón, los planes de pensiones privados no acaban de cuajar. Solo el 16,6% de la población de la provincia ahorra para el futuro y lo hace en un producto de este tipo, según los últimos datos que dispone la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco). En total, son 97.740 los partícipes en Castellón, con un patrimonio de 709,3 millones de euros.

En la provincia solo el 16,6% de la población tiene suscrito un plan de pensiones individual (el patrimonio medio por partícipe apenas asciende a 7.257 euros), pero en la Comunitat el dato es todavía menor. En el conjunto de las tres provincias son 816.911 quienes confían en este producto, un 16,3%, y el patrimonio total asciende a 5.488 millones, el 5,5% del Producto Interior Bruto.

Los planes de pensiones no logran despegar en Castellón y en España, además, retroceden. Al cierre del 2015 apenas 7,88 millones de personas tenían suscrito uno, 650.000 menos que a finales del 2007 (ver gráfico adjunto).

EL DINERO NO SE TOCA // Pero, ¿por qué no funcionan los planes de pensiones privados en Castellón? Los expertos achacan su baja implantación a la liquidez, es decir, al hecho de que el ahorrador no puede retirar el dinero hasta que se jubile o, desde el 2015, hasta pasados 10 años desde la primera aportación. “Yo no se lo aconsejo a nadie a no ser que tenga un sobreahorro. Salvo en casos excepcionales, el dinero colocado en un plan de pensiones no es recuperable antes de la jubilación, por eso hay que estar seguro de que no se va a necesitar”, apunta Luis Chinchilla, delegado en Castellón de la asociación de asesores fiscales de la Comunitat valenciana, que señala también que buena parte de los partícipes de los fondos de pensiones privados son ciudadanos con rentas muy altas.

José Luis Manrique, jefe de estudios de Inverco, apunta en la misma dirección. “Hay muchos ahorradores que optan por los fondos de inversión, que sí garantizan la liquidez”, argumenta. Y eso explica el porqué en Castellón mientras los planes de pensión no despegan, el dinero invertido en fondos de inversión no para de aumentar, hasta alcanzar los 1.542 millones de euros en el ejercicio 20015, más del doble que los de jubilación.

Pese a sus desventajas, que las tiene, José Luis Manrique defiende la necesidad de incentivos públicos (leáse bonificaciones) y aboga por fomentar los planes de pensiones de empresa, muy minoritarios aún en España. H