El Molí la Vila, edificio de origen medieval que, recientemente, ha sido restaurado en el marco de un proyecto financiado por la Diputación de Castellón y el Ayuntamiento de Vila-real, ha vuelto a ser objeto de acciones vandálicas que, como reconocen desde el consistorio, «están convirtiéndose en demasiado habituales».

En este caso, los gamberros se dedicaron a romper varias de las ventadas y los cristales del histórico inmueble. Una acción que no es la primera vez que se produce y que origina una gran indignación entre el vecindario.

El Molí la Vila se ubica junto a la Séquia Major y al jardín de Jaume I, uno de los espacios de ocio de la ciudad más castigados por el vandalismo. De hecho, el consistorio ya se vio obligado a retirar definitivamente de allí los aparatos de gimnasia que se instalaron en una de las esquinas del parque después de que, prácticamente cada fin de semana, resultaran con desperfectos.

ACCIONES // Al respecto de esta última agresión al elemento patrimonial recientemente rehabilitado, la concejala de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez, explica a Mediterráneo que los gamberros actuaron en esta ocasión en la madrugada del viernes al sábado. «La Policía Local está realizando las pesquisas necesarias para intentar identificar a quienes provocaron estos daños al patrimonio de la ciudad», señala; a la vez que asegura que la primera medida que se tomó tras los hechos es la de incrementar la vigilancia en esta zona, «en la que los actos de este tipo ya se están convirtiendo en habituales».

Otra de las medidas que se tomará en el plazo más breve posible de tiempo es implementar la iluminación del edificio histórico y su entorno, «que ahora están oscuros, lo que puede favorecer estas acciones incívicas».

VIDEOVIGILANCIA // Asimismo, Gómez asegura que también se están estudiando tomar otras medidas, como la instalación de cámaras de videovigilancia. «Se trata de intentar colocar los dispositivos que permite la ley, que en la vía pública son los de control de tráfico, aunque en el interior del Molí la Vila sí que pueden habilitarse, porque se trata de un inmueble municipal».

El consistorio tiene la intención de convertir el edificio en una cafetería cultural, con un estanque anexo con plantas y aves acuáticas. Un proyecto que, por dos veces, quedó desierto y ahora será objeto de algunos cambios.