Es la tercera causa de muerte no natural en España. Por delante, incluso, de los accidentes de tráfico. La asfixia por atragantamiento provoca más de 2.000 fallecimientos al año y, aunque la mayoría suelen ser personas de más de 65 años, lo cierto es que en el caso de los niños la situación se agrava, en muchos casos, porque los padres o los acompañantes no saben como reaccionar.

Y para eso, para aprender a realizar la conocida como maniobra de Heimlich --la acción más efectiva ante la obstrucción respiratoria debido a alimentos u cualquier otro objeto-- desde Cruz Roja se realizan unos talleres en los que se dan las nociones básicas para responder con prontitud a estas situaciones, así como para efectuar, si es necesario, una reanimación cardiopulmonar.

Juan Carlos López Carbonell es el encargado del desarrollo del cursillo que, durante cinco horas, se lleva a cabo en el Espai Jove. La próxima cita es este sábado. «Lo primero que aprendemos es a saber determinar los casos de riesgo, con el fin de poder afrontar acciones que pueden resultar vitales ante un atragantamiento», explica López Carbonell.

Padres y madres, personal docente, cuidadores e, incluso, familiares que se encargan del cuidado habitual de pequeños forman el grueso de participantes en estos talleres que, en esta ocasión, están dedicados a aprender a reaccionar ente situaciones de riesgo en bebés y niños.

Las personas interesadas pueden inscribirse a través de la página web de Cruz Roja, aunque el monitor de la entidad advierte que cada sesión se limita a un máximo de 20 ciudadanos, «porque se trata de una formación muy práctica e individualizada».

Son solo cinco horas de aprendizaje, tanto teórico como práctico, también con el uso de muñecos grandes y pequeños. Cinco horas que pueden salvar vidas.

La media de edad de los asistentes está entre los 30 y los 40 años pero, como apunta López Caballero, «tenemos alumnos de 20 a 60 años, incluso matrimonios que cuidan a sus nietos».