La concejala de Sanidad, Silvia Gómez, y el técnico de la Unidad de Prevención Comunitaria de Conductas Adictivas (UPCCA), José Gisbert, han presentado la memoria del departamento relativa al 2020, después de que desde marzo el servicio se haya visto obligado a adaptarse a las restricciones y medidas excepcionales originadas por la pandemia del covid-19.

Gómez destaca la tarea realizada por la UPCCA para garantizar la atención a los usuarios de manera telemática y a través de las redes sociales como canal de comunicación, «de manera que se ha continuado con el trabajo de prevención del consumo de sustancias adictivas entre los jóvenes, así como la atención y asesoramiento a jóvenes y a padres y madres».

Precisamente, una de las iniciativas que tiene continuidad es la encuesta que cada dos años se realiza entre los alumnos de ESO y FP básica, para conocer el consumo de sustancias adictivas entre los jóvenes de 12 a 16 años. Una encuesta que se distribuyó el pasado mes de diciembre entre 2.630 estudiantes y cuya principal novedad estriba en que con ella se pretende averiguar el impacto que la pandemia del covid-19 está teniendo en los hábitos de consumo de drogas --incluido el alcohol-- y juegos de azar.

De esta forma, se les ha consultado si desde el confinamiento domiciliario de marzo impuesto por el estado de alarma «han fumado más, menos o igual tabaco o cannabis, bebido alcohol o variado la frecuencia con que gastan dinero en juegos de azar on line, explica Gisbert, quien avanza que el resultado «nos servirá para ver si se mantiene la tendencia de descenso en la incidencia del consumo que se venía observando durante los últimos años y que en el 2018 constató por primera vez una reducción en la toma de bebidas alcohólicas, que nunca antes había dado».

SINTOMATOLOGÍA // En cualquier caso, Gisbert explica que, especialmente durante los meses de confinamiento, «se ha detectado un incremento de la sintomatología ansiosa y depresiva entre los usuarios adultos, que en muchas ocasiones se trataba de mitigar con el consumo de sustancias que antes se consumían en el tiempo de ocio, lo que ha obligado a reorientar el servicio para prestar acompañamiento psicológico».