El Ayuntamiento de Vila-real, a través de la Concejalía de Servicios Públicos, ha decidido poner en marcha un nuevo programa de podas de los diferentes tipos de árboles que se reparten por calles y jardines de la ciudad, con la finalidad de favorecer al máximo su conservación. Y es que existen ejemplares que, pese a los intentos por mantenerlos, se encuentran en tan mal estado que resulta imposible conservarlos y, por tanto, requerirán su sustitución.

En cualquier caso, y como explica el edil del área, Francisco Valverde, se plantean dos tipos de poda, anual y bienal, en función del tipo de árbol y de la ubicación en que se encuentre. De esta forma, los técnicos del departamento están inmersos en la selección de los ejemplares a los que tratar de manera anual -en especial moreras, jacarandas y tilos-- y los que, por tener un crecimiento más lento requieren una menor intervención humana.

Además, desde el área que dirige Valverde también se ven obligados a actuar para evitar daños mayores provocados por especies que, fundamentalmente por su gran desarrollo radicular, causan daños, incluso, en viviendas particulares. Es el caso de un ficus que se ubica en la plaza de Sant Ferran, justo enfrente de la misma entrada del colegio público Concepción Arenal.

INVASIÓN // Las raíces del ficus en cuestión han invadido casas y generan daños también en el pavimento de la calzada y en las aceras próximas. De hecho, la actuación sobre este ejemplar viene siendo una petición reiterada por la asociación de vecinos de la zona. «La única forma de mantener controlado este árbol es haciendo podas agresivas o eliminándolo; sin embargo, hemos optado por construir una especie de muro de contención que evite que las raíces avancen hasta el interior de las viviendas o levanten el suelo», explica el edil.

Una empresa local será la encargada de acometer la obra, que tiene un presupuesto de unos 6.000 euros. Así, entre los trabajos que se acometerán en este caso destacan el levantamiento del pavimento deteriorado, la eliminación de restos de raíces y la construcción de soleras de hormigón que dificulten el paso del aparato radicular del ficus.

PROBLEMÁTICA // El problema que generan algunos ejemplares arbóreos a los elementos urbanos e incluso a las propiedades privadas no es nuevo. De hecho, desde el consistorio se están eliminando paulatinamente los brachichiton o árboles botella que se plantaron hace aproximadamente dos décadas en puntos concretos, en los que vienen sucediéndose episodios de literales invasiones de las raíces de esta especie vegetal.

En concreto, en la calle Ermita también penetraban en el interior de las casas e, incluso, provocaban la caída de azulejos. Y los existentes junto a la Séquia Major han llegado a reventar diversas zonas del caixer del canal, originando filtraciones de agua a viviendas y bajos anexos.