Cuando Martirio era pequeña se asustaba por múltiples razones, pero había dos, en concreto, que le provocaban un pavor desalentadora: ver a alguien desprotegido y las brujas, esas solitarias y malvadas mujeres que viven en viejos casuchas en lo alto de la montaña .

Martirio, queriendo proteger su querida arañita, fue superando un montón de miedos.

Así nos lo cuenta la misma Martirio quien, ya de mayor, se ha convertido en una "bruja". Una historia de brujas sin brujas, una historia de valientes sin valientes, una historia mágica sin magos, una historia de niños y niñas que no son tan niños y unos mayores que no lo son tanto.