Los cafés mezclados con torrefacto solo se toman en España y Portugal y no son saludables. Su crema no es sinónimo de calidad sino todo lo contrario. Los cafés torrefactos se suelen elaborar con cafés de tipo robusta, de peor calidad y con mucho contenido en cafeína (250 mg.). En cambio, el café natural suele ser arábica: con menos cafeína (100 mg.). El café torrefacto pesa más, tiene más volumen y entra más café en el porta, por lo que produce menos cafés por kilo.

UN BUEN CAFÉ DEBE SER...

Los cafés arábica tienen aromas y sabores excelentes y muy variados que se pierden en el torrefacto. Este último es más amargo y oscuro que el natural, más sutil, aromático y, por lo tanto, sabroso, de ahí que sea el más recomendado para los amantes del buen café. Las zonas más importantes en la producción de café arábica son América del Sur, Centroamérica, África y, en menor grado, Nueva Zelanda.

LLEGA EN EL SIGLO XVIII

El origen del café es la zona del cuerno de África donde se sitúan Etiopía y Eritrea. A América no llega hasta1714 através de la Guayana Holandesa; y a España llega en el siglo XVIII. Es conveniente preservarlo de la humedad, de los olores y de la luz. Se puede guardar de forma hermética en la nevera e incluso congelarlo molido. La mejor taza es la de porcelana un poco calentada, ya que aguanta el calor y no aporta sabor.