Es frecuente hallar en la documentación municipal noticias que hacen referencia al encargo y compra de ropa. También es frecuente encontrarse con la promulgación de normas sobre la manera de cómo debía vestirse la gente.

Así, en tiempos de epidemias en los que el número de muertes era muy elevado, se llegaban e emitir ordenanzas que limitaban el uso de las prendas de luto. En 1420, en Castellón y en plena crisis epidémica, se ordenó que durant lo temps de les morts les quals de present son en la dita vila determinadas vestiduras de duelo únicamente podían ser llevadas durante unos días, desde el momento del entierro hasta que finalizaban las misas de funeral.

Una situación totalmente opuesta se producía con ocasión de alguna visita real. Entonces el municipio se veía en la obligación de organizar un gran recibimiento que se convertía en una fiesta en la que todo el mundo debía participar. A través del correspondiente bando se indicaba a la gente que se vistiera bien y de colores. Las ordenanzas contra el lujo y la moral en el vestir fueron muy frecuentes en las poblaciones bajomedievales, especialmente por lo que respectaba a las mujeres. En este sentido, en el año 1457 el consell castellonense se planteaba la necesidad de legislar sobre lo fet de les faldes e robes de les dones.

Particularmente llamativas eran las ropas de algunos personajes siempre presentes en la vida ciudadana, aunque por motivos diferentes. Bien visibles, a juglares y verdugos por lo general se les vestía con trajes de rayas, una forma de significarlos y hacerlos bien visibles ante el resto de sus conciudadanos.

Historiadora