Banderas de nuestros padres es una película de antihéroes narrada en clave de historia heroica por Clint Eastwood, y también una evocación de lo que en estos agitados días de junio los españoles nos estamos jugando.

La abdicación del Rey ha abierto el melón del modelo de Estado por parte de partidos que habiendo perdido las elecciones, pretenden pescar en río revuelto sacando rédito político. Unos, como Compromís, piden un referéndum sobre la jefatura de Estado, obviando que ese referéndum ya se produjo el 6 de diciembre de 1978, en que los españoles se pronunciaron a favor de la monarquía parlamentaria, que era el modelo de Estado que recogía la Constitución.

Ésta garantiza la posibilidad de ser reformada para cualquier precepto y además establece que cuando se proponga una revisión total del llamado “núcleo duro”, se procederá a su aprobación por mayoría de dos tercios de cada Cámara.

Algunos republicanos sobrevenidos se excusan en que los nacidos posteriormente a 1960 no votaron la Constitución, renegando así de la bandera de convivencia que eligieron nuestros padres. Un régimen que han vivido, conocido y disfrutado, y mostrando su nostalgia en cambio por un régimen republicano que ni han vivido, ni conocido, ni padecido.

Los paleocomunistas de Izquierda Unida, ni sienten, ni padecen, ni tienen memoria. Cuando Jordi Solé Tura, ponente comunista de la Carta Magna, publicó Los comunistas y la Constitución, reconoció que el 80% de las propuestas comunistas fueron recogidas en el texto definitivo. “En los aspectos fundamentales de la Constitución, la propuesta de los comunistas coincidía con el espíritu y con la letra del texto definitivo” llegó a escribir él mismo en 1983.

Los socialistas, por su parte, aceptaron a Juan Carlos desde el principio, tanto por razones de pragmatismo político, como por saber que no hay ninguna incompatibilidad entre Corona y socialismo. En 1924 el socialista McDonald fue primer ministro en Inglaterra. En Suecia los socialistas ocuparon el poder en los años 30 con el rey Gustavo Adolfo V. En España ya había ocurrido algo semejante con la Dictadura de Primo de Rivera, aunque esa es otra historia. Aquí en Castellón Colomer se ha hecho un lío y no sabe si opina lo mismo que Rubalcaba, que Ximo Puig, o si piensa una cosa en Benicàssim y otra en la Diputación.

En cualquier caso, si socialistas, comunistas y nacionalistas quieren referéndum ya lo saben, solo tienen que proponer la reforma constitucional en su programa electoral del 2015. El resto es mero fuego de artificio. H

*Diputado provincial del PP