Hay momentos en la responsabilidad de un político que quiere de verdad su ciudad, en los que ha de decir basta, y ese momento en Vila-real ha llegado ya. Durante tres años, Benlloch y sus políglotas socios de gobierno (y digo poliglotas porque cada uno parece que hable una lengua distinta en esto de la política) se han dedicado a retrasar la ejecución de cualquier proyecto que pudiera suponer un avance para Vila-real y a derrochar el dinero público en excesos propagandísticos y cursillos para que el alcalde dé mejor a cámara.

Sinceramente, hasta ahora creía que esta dejadez era a causa de falta de coordinación entre cuatro partidos dispares o por la ausencia total de conocimiento sobre cómo se debe gestionar un municipio. Sin embargo, el tiempo nos está aclarando el porqué de tanta inoperancia. Ha sido una parálisis totalmente intencionada que persigue medir los tiempos en busca de un beneficio electoral. Falta un año para las elecciones y ahora todo son prisas por hacer lo que no han sido capaces de ejecutar desde el 2011. Una decisión que sin duda nos ha perjudicado a todos los vilarrealenses.

En Vila-real hay clubes deportivos que se ven obligados a ir a diario a otros municipios de la provincia en busca de una piscina para poder entrenar, mientras el Benlloch mantenía acabada y cerrada una nueva piscina cubierta construida por la Generalitat.

Similar casó es el de otros deportistas que no tienen instalaciones cubiertas para entrenar y competir, mientras la usura política del Ayuntamiento tiene acabado y cerrado un nuevo polideportivo construido la pasada legislatura y ha retrasado dos años la construcción del nuevo pabellón del Barrio Melilla. Y esto último con el agravante de perder la subvención de un millón de euros para construir esta instalación deportiva.

Los clubs de fútbol de nuestra ciudad llevan tres años escuchando los cantos de sirena de Benlloch sobre una inminente apertura de la Ciudad Deportiva Municipal. Después de paralizarla durante 3 años, y perder medio millón de euros por el retraso, ahora anuncian que las obras finalizarán en mayo del 2015. ¡Vaya casualidades electorales!

Igual caso y plazos sufrimos en Vila-real con el proyecto (también del PP) de la nueva plaza donde están los antiguos juzgados.

Si tenemos en cuenta que todos los proyectos que se están llevando a cabo eran del PP y que, además, se retrasan para estrenarlos de cara a las elecciones, estamos asistiendo a la gestión política más perezosa y maquiavélica que una ciudad pueda sufrir. Y eso, Vila-real no se lo merece. H

*Portavoz del PP en Vila-real