Querido lector:

El compromiso logrado de los partidos políticos que se presentan a las elecciones municipales por parte de las federaciones vecinales de la ciudad de Castellón ha sido poco común. En pleno fin de campaña electoral lograr que todas las formaciones políticas se sienten en una misma mesa para firmar un documento que les comprometa, gane quien gane, gobierne quien gobierne, a una misma actuación política en los primeros cien días de gobierno en relación a la participación ciudadana y a políticas vecinales, puede concebirse como un hito de convivencia política. Más si cabe, como insisto, en un clima de enfrentamiento electoral, de expectativas, de preparativos, de nervios, de reticencias y a veces hasta de alguna cosa más que se sale de los límites de la convivencia democrática.

La iniciativa de los líderes vecinales Paco Cabañero, Amalio Palacios y Vicky Amores con la intervención intermediadora del exconcejal y exlíder vecinal, Casto Moya, es por tanto digna de elogio y la de los partidos firmantes, todos, también.

Indica, sobre el papel, una progresión democrática indiscutible porque supone una predisposición de consenso a una misma política vecinal por parte del consistorio resultante de las próximas elecciones, enmarcada en la tendencia abierta ya de una mayor participación ciudadana en la política de ciudad, manifestada ya, por ejemplo, en las mecánicas de elaboración de los presupuestos participativos que llevan a cabo bastantes consistorios, entre ellos el de Castellón.

Y digo sobre el papel porque el compromiso que lograron ayer las federaciones vecinales castellonenses, no deja de ser, aunque sea conjunta, una promesa electoral que precisará de un seguimiento exhaustivo una vez se conforme la gobernanza del municipio tras los resultados del 24-M. La escenificación pública de ayer, al respecto, es un primer paso. Importante, porque en las retinas y hemerotecas quedará grabado, pero primer paso. El segundo, el tercero y demás deberán exigir acciones concretas nada más se conforme la nueva corporación.