En la larga historia urbana de Castelló, el siglo XIX, al igual que en el resto de ciudades europeas, supuso un momento de profundas transformaciones urbanas. Un tiempo de cambio en el que el desarrollo tecnológico, generado por la revolución industrial, modificó la circunstancia urbanística con nuevos problemas y complejidades importantes.

Porque ferrocarriles, carreteras, transportes, nuevos tipos de edificios y de industrias, cementerios o medidas higiénicas no solo alteraron la fisonomía ciudadana sino que obligaron a los ayuntamientos a abordar soluciones a los problemas urbanos. Unos problemas que necesitaron de la intervención del Estado y de la correspondiente legislación. Así, en 1846 una Real Orden obligaba a los municipios importantes al levantamiento de un plano geométrico de cada ciudad. Una tarea que aquí, finalmente, llevó a cabo José Camaña, que presentó el trabajo junto con “una memoria o descripción de las antigüedades de la población”.

Un material, sin duda interesantísimo, del que a día de hoy no se tiene constancia material. Como sucede con muchas otras representaciones gráficas de Castelló que no se han conservado. Sabemos de ellas por lo que dicen los documentos pero lo cierto es que la ciudad de Castelló no anda sobrada de planos de otras épocas. H

*Historiadora