Decidir si una cosa está bien o mal depende de una apreciación moral. Salvo cuestiones que la generalidad de las personas consideramos taxativamente malas o buenas: matar a alguien está mal, ser solidario con quien lo necesita está bien, existen otras cuestiones menores que se aprueban o se condenan dependiendo del cristal con que se mira.

Los nuevos gobiernos están convencidos de que solo por ser quienes son, todo lo hacen bien, sea lo que sea. Desde el preciso instante en que se convencen de que pueden juntarse de espaldas al mandato de las urnas para alcanzar sus intereses particulares, todo lo ven desde otro prisma, el suyo.

De este modo, igual que consideran que es bueno y lo más democrático que se podría imaginar, que un concejal que consiguió el menor porcentaje de votos en las pasadas elecciones municipales sea el alcalde, también ven aceptable y muy positivo para los intereses de Nules que sus familiares directos (padres, maridos, primos, hermanos…), o afiliados y simpatizantes de los cuatro partidos trabajen en el Ayuntamiento de manera habitual, sin ningún rubor. Moralmente que actúen así no es reprobable (desde su punto de vista claro está), porque en un alarde de megalomanía enfermiza están convencidos de que son lo mejor que le ha pasado a este pueblo en la historia de la democracia.

Lo más curioso del caso es que sus discursos preelectorales eran calcos: todos acusaban al Partido Popular de tener montado una especie de cortijo donde nos lo guisábamos y nos lo comíamos todo entre nosotros. Pero esas cosas hay que probarlas y no pudieron hacerlo. Su problema es que ahora se aprecia la diferencia a simple vista, aunque los nueve concejales que se han constituido en esa especie de happy power que es el Ayuntamiento para ellos, lo ven todo fantástico y maravilloso.

Pero la gente no está ciega, ni comulga con ruedas de molino, y cuando se caen las máscaras, las excusas se acaban y hay que empezar a dar explicaciones, ya veremos entonces quién es el bueno y quién el malo, quién miró por el interés general y quién se limitó a repartir el interés en cuatro partes. H

*Concejal y presidente del Partido Popular de Nules