Síguenos en redes sociales:

Firma invitada

Cañas y barro

Hablar del Cuadro de Santiago de Benicàssim y de los problemas que ahora le acucian, me recuerda un poco a la novela de Cañas y barro, entre la evocación melancólica y la triste realidad.

Por un lado, la Conselleria en manos de un tripartito ecologista, sin memoria histórica y sin conocimientos de lo que allí hay y la gente que vive. Esa Conselleria en manos de Compromís que quiere revertir unas tierras que se desecaron por problemas con el paludismo hace casi 100 años, en un humedal. Sin embargo, hay 800 propietarios de viviendas consolidadas hace décadas, que ven cómo las bombas de drenaje no siguen desecando las tierras y sus sótanos tienen ya medio metro de agua. Los agricultores de Benicàssim y del Coto arrocero ven que sus fincas están cada vez más anegadas y no se pueden cultivar. Y centenares de personas observan que en las aguas estancadas hay unos mosquitos como puños que, por muchas veces que el ayuntamiento fumigue, no desaparecen porque los han puesto en su casa con el nuevo humedal.

Hemos pedido por activa y por pasiva que la Conselleria nos permita seguir drenando para evitar problemas de humedades y salvaguardar la salud. Lo hemos intentado todo. Pero el ayuntamiento tiene las manos atadas por un sobreproteccionismo ambiental que va a perjudicar a los vecinos, a los agricultores y al turismo. H

*Alcaldesa de Benicàssim

Pulsa para ver más contenido para ti