Negocio lucrativo

No se ha hecho esperar. EE.UU. ha reaccionado después del supuesto ataque químico de la aviación siria de Bashar Al Assad sobre su propio pueblo, causando muchos muertos y heridos, especialmente niños y jóvenes. Donald Trump ha ordenado lanzar un proyectil de medio alcance a una base militar siria. Ante ello, Rusia amenaza con suspender su colaboración militar con EEUU en Siria. Como si de un juego se tratara, es un toma y daca. ¿A pagarlo, quién? El pueblo llano, cuya supervivencia nadie asegura, a pesar de las muchas condenas de los organismos internacionales que a nada conducen. Patético.

Por si lo anterior fuera poco, un terrorista del Kirguistán provoca dos ataques en el metro de San Petersburgo, en la zona universitaria, con el subsiguiente resultado de muertos y heridos. De nuevo, la mayoría de las víctimas jóvenes estudiantes.

La verdad es que nuestro grado de afectación no es, por decirlo de alguna manera, menor, sino que estamos creando una coraza alrededor de nuestra mente para evitar lo que los especialistas llaman «temor a lo desconocido», más concretamente «pánico al entorno», con lo que no seríamos capaces de salir a la calle.

Y es que, permítanme la alusión, la situación política actual, a nivel global, se asemeja a un caos intencionado. Es un trasiego de acontecimientos continuos. Lo peor es que, en lugar de negociar con aquellos que lo deseen, parece que las voluntades son líneas divergentes. El resto, ni tan siquiera eso.

Intereses ocultos, unos supuestos y otros confirmados, hacen que esta inestabilidad haya convertido al mundo en una serie de puntos conflictivos que impiden el desarrollo de la economía y por lo tanto de la sociedad. Sin embargo, para otros es un negocio lucrativo.

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSPV-PSOE de Castellón