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Pasión por el fútbol

El pasado sábado se disputó la final de la Liga de Campeones convirtiéndose en la emisión mas vista de todo el año con un 60% de espectadores (12 millones de españoles y 200 millones en el resto del mundo). En pocos días empieza el Mundial y los números también serán espectaculares.

Tanto es el nivel de pasión que se ha observado en el deporte rey, que un grupo de científicos de la Universidad de València ha investigado el substrato biológico que puede subyacer a esta pasión desmedida, analizando el comportamiento neurológico y hormonal de los espectadores. Los resultados demostraron que ver un partido de fútbol puede ser considerado como un tsunami hormonal, comprobando también que la respuesta en cascada del organismo no está condicionada por un posible triunfo del equipo, sino que el grado de excitación se mantiene ante la visión del espectáculo, sea cual sea el resultado. Así, durante los 90 minutos que dura el juego se pueden registrar miles de reacciones corporales de gran intensidad. Esta oleada de emociones las provoca el cerebro utilizando el 20% de los recursos energéticos de los que dispone.

Y si el cerebro, que solo significa el 2% del peso corporal, consume tanto para realizar este arduo trabajo, es porque obtiene una gran recompensa en forma de placer. Porque el fútbol genera deleite, siendo además una satisfacción accesible pues es fácil de seguir, con reglas sencillas y con una duración lo suficientemente dilatada como para que puedan producirse diferentes emociones. Y ahí radica uno de los motivos del enganche de los aficionados: la asociación que se hace del fútbol con los momentos de euforia, amén de proporcionar evasión, distracción y actuar como válvula de escape. Y es que el fútbol no soluciona problemas, pero sí da alegrías.

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)

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